Los cervatillos hambrientos

—Foto propia.

Mamá cierva y su pequeño cervatillo se vieron obligados a bajar a la ciudad en busca de alimento, porque se estaban quedando sin bosque y sin familia.

Durante milenios, su especie se había alimentado de frutos silvestres, de hojas, de tallos y de brotes, así como de tubérculos y raíces que conseguían escarbando. Pero sus bosques agonizaban y su vida corría peligro. Cientos de cazadores furtivos les perseguían cada año para darles caza.

En la última cacería organizada por un grupo de ‘humanos’, el pequeño cervatillo de la imagen, perdió a su padre y a un hermano.

~ ~ ~

—¿Qué comeremos hoy, mamá?, preguntó el pequeño cervatillo que llevaba ya dos días enteros sin probar bocado.

—Hoy bajaremos a la ciudad a pedir algo, antes de emprender viaje para encontrar un nuevo bosque donde vivir, contestó mamá cierva.

—¿Qué es ‘la ciudad’, mamá?

— La ciudad es ese lugar donde viven los hombres.

—¡No, mamá!, ¡No! ¿acaso no son ellos los que nos dan caza, los que talan los árboles y los que incendian nuestros bosques?

—Mamá cierva le miró con lágrimas en los ojos; en la cara del pequeño cervatillo estaba la respuesta a su pregunta.

~ ~ ~

Cada vez
que se talan o se queman los árboles,
 se pierde gran parte de la
biodiversidad.

En un solo árbol
viven miles de insectos.
Cientos de aves
acostumbran a visitar a diario
ese árbol para alimentarse de sus frutos, y
esparcen sus semillas
a otras zonas … y nuestros cervatillos comerían
también sus hojas y sus frutos,
si nadie lo hubiera talado o incendiado.

©Úrsula G. Romero

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22 comentarios sobre “Los cervatillos hambrientos

  1. Cuánta razón tienes, Úrsula, los animales están bajando a las ciudades en todo el mundo llamado civilizado ¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo? El mundo no reacciona a pesar de lo que se ve venir y que en algunas manifestaciones climáticas ya está aquí.
    Creo que solo nos queda rezar, Úrsula, aunque para ello tengamos que aprender.

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    1. Al margen de lo insólito de la foto, visto desde allí a mí me parecen un reclamo turístico (poco o nada afortunado)
      Toda la razón en cuanto a lo que dices. Y no podemos fingir que el problema o los problemas no existen… ni descartarlos egoístamente porque afecten a otros. Aún así, no reaccionamos como bien dices.
      Un abrazo, Enrique. Buena semana por delante

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  2. Creo que poco se puede decir al respecto, lo has dejado bastante claro… Solo queda la tristeza.

    Yo vivo en la ciudad, pero por suerte bajo mi balcón hay tres árboles enormes, los cuales son lugar de descanso para muchos pájaros. Puede oírseles cantar al amanecer y al atardecer. No es como un vivir junto a un bosque, pero es agradable.

    Creo que si se pusiera solo un poquito de voluntad podríamos vivir en una armonía mucho mayor con los animales, pero imagino que ésa no es una de las prioridades de los que mandan. En fin.

    Siempre es un gusto leerte y esta vez también. Son cosas tristes pero es necesario tenerlas presentes.

    Un abrazo.

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    1. No, no parece que sea una prioridad, pero además de responsabilidad de gobernantes, diría que somos una sociedad cómoda y blanda, que no ha querido ni tampoco está dispuesta a renunciar a nada…
      Y en temas de concienciación medioambiental, estamos lejos. Así lo veo, Daniel. Feliz semana. Un abrazo 🍃🍀

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